El positivismo es una corriente filosófica, la cual establece
que el único conocimiento original existente es el conocimiento científico y
que este conocimiento surge de la afirmación de la teorías atraves del método científico.
El positivismo nace a inicios del sigo XIX en Francia con el
pensador Auguste Comte. Luego se extiende por toda Europa durante la segunda
mitad del sigo.
Consiste en no admitir como validos
científicamente otros conocimientos, sino los que proceden de la experiencia,
rechazando, por tanto, toda noción a priori y todo concepto universal y
absoluto. El hecho es la única realidad científica, y la experiencia y la
inducción, los métodos exclusivos de la ciencia. Por su lado negativo, el
positivismo es negación de todo ideal, de los principios absolutos y necesarios
de la razón, es decir, de la metafísica. El positivismo es una mutilación de la
inteligencia humana, que hace posible, no sólo, la metafísica, sino la ciencia
misma. Esta, sin los principios ideales, queda reducida a una nomenclatura de
hechos, y la ciencia es una colección de experiencias, sino la idea general, la
ley que interpreta la experiencia y la traspasa. Considerado como sistema
religioso, el positivismo es el culto de la humanidad como ser total y simple o
singular.
El término positivismo fue
utilizado por primera vez por el filósofo y matemático francés del siglo XIX
Auguste Comte, pero algunos de los conceptos positivistas se remontan al
filósofo británico David Hume, al filósofo francés Saint-Simon, y al filósofo
alemán Immanuel Kant.
Comte eligió la palabra positivismo sobre la base de que señalaba
la realidad y tendencia constructiva que él reclamó para el aspecto teórico de
la doctrina. En general, se interesó por la reorganización de la vida social
para el bien de la humanidad a través del conocimiento científico, y por esta
vía, del control de las fuerzas naturales. Los dos componentes principales del
positivismo, la filosofía y el Gobierno (o programa de conducta individual y
social), fueron más tarde unificados por Comte en un todo bajo la concepción de
una religión, en la cual la humanidad era el objeto de culto.
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